Regreso al futuro…Hola Mcfly ¿hay alguien en casa?
No voy a escribir sobre películas que
triunfaron en nuestra época porque ya hay mucho donde leer, pero sí quiero
recordaros una historia que, por increíble que parezca, arrasó en taquilla aquellos
años: Regreso al futuro. Recuerdas perfectamente
la historia. ¿Qué tenía esa aventura de estilo fantástico para alcanzar tal
éxito de público? En mi opinión, la película tuvo el acierto de poner la ciencia
ficción al servicio de una historia tan sorprendente como verosímil. Más aún, yo
diría que una historia tan maravillosa necesariamente tenía que ser verdad. ¿Quién
no ha pensado alguna vez en viajar en el tiempo para rehacer parte de su vida? Es
posible que algo parecido a lo que le sucede al protagonista de la película nos
hay pasado a nosotros en estos días alrededor de la convocatoria de nuestra
Promoción.
Marty Mcfly (Michael J. Fox) dio un
salto en el tiempo de 27 años, con fecha del 26 de octubre de 1985 para
resolver gran parte de sus problemas. Nosotros hemos desandado 30 años de
nuestra vida de modo repentino para hacer un peculiar “regreso al futuro”. El
hecho de habernos reunido después de tanto tiempo nos ha ayudado a entender
aquellos años y nos predispone a vivir el futuro de manera más auténtica.
Todos hemos recibido mucho en
nuestra juventud. La exigencia y la comprensión de nuestros padres y profesores
nos han hecho crecer como personas agradecidas y responsables. Y los 30 años
transcurridos desde que salimos del Instituto San Fulgencio han supuesto para
todos un período de maduración personal. Pero esa maduración ha tenido su
ritmo. ¿A quién no le ha costado comportarse acertadamente al encontrarse por
la calle con algún compañero del instituto? Seguramente nos hemos visto
superados por las circunstancias, pero no hay excusa que valga. En cualquier
caso, todo ha quedado resuelto, como por arte de magia, en cuestión de horas.
Pienso que esta
convocatoria ha salido adelante no sólo porque un grupo de compañeros se lo ha
propuesto y ha trabajado sin descanso hasta el último momento, sino porque
todos teníamos un gran deseo de recordar esos años y una imperiosa necesidad de
volver a estar juntos. Hemos viajado 30 años atrás no para dar pábulo a la
nostalgia, huyendo del presente, sino para recuperar lo que
era nuestro, lo que recibimos gratis y no supimos valorar en su momento. Hemos
vuelto para dar lo que nos habíamos reservado y no nos pertenece, porque se lo
debemos a unas personas que son parte de nuestra vida.
Como dice Martín
Moya en una de sus respuestas: Sinceramente, creo que las personas que te rodean a
esas edades influyen marcadamente en tu personalidad y, por lo tanto, encontrarte con ellos es encontrarte con parte de
ti.
Ahora es tiempo de reflexión. No sé
cuando se volverá a repetir un encuentro así, pero personalmente, las horas que
he estado con vosotros me han dado cuerda para rato. Estaréis conmigo en que el
secreto para recuperar la eterna juventud no está en el bótox ni en las algas
marinas, sino en querer agrandar el corazón con más encuentros personales.
J.F.C
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