Tarde de hipermercado, donde el cansancio y la multitud le pone a uno de los nervios.
-Daniela ¿cojo dos botellas de Casera?
-No. Vamos a coger tres, para que no te salgas con las tuyas.
Sonrío y pienso: o uno de los dos cede o nos llevamos el palet completo.
Como es natural me trago mi amor propio, y cojo tres botellas… Y tan feliz, porque el que obedece no se equivoca.
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